jueves, noviembre 16, 2006

Anécdota de Michael Jordan -Basket

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Anécdota Michael Jordan - Básquet

Trabajando todo el día me puse a pensar que últimamente estaba cansado de escribir y corregir en la oficina y después de que había terminado, tenía que hacerlo todo de nuevo,
Bueno así son las cosas, llegué cansado a mi hotel de casi una estrella y pedí la comida que me trajeron en este caso de inmediato, así me sorprendí comiendo unas magnificas albóndigas, claro era viernes y de fin de mes.
Ni siquiera dudé de que esa noche no iba a dormir bien, pero no obstante no fue así, creo que me desperté riendo como loco pues había estado durante el sueño en una reunión de médicos, recuerden que estudiaba yo algo de medicina, antes había estudiado abogacía y vaya a saber qué mas estudiaría con el pasar de los años.
El una reunión un medico contó, no se cuanto habrá de real o imaginario, pero lo contó como real.
Todo comenzó en un congreso de cardiología que se desarrollaba en Nueva York, unos cardiólogos latinoamericanos se habían alojado, con sus esposas en el Plaza Hotel de Nueva York, en las proximidades o mejor dicho enfrente del Central Park. Hete a aquí que próximo a la finalización del congreso, cuando faltaban un par de días para viajar nuevamente a California donde había otro evento de la especialidad médica mencionada, estaban en las cercanías de la entrada del Hotel tres de las esposas de unos concurrentes al congreso que se desarrollaba en otro centro de convenciones no muy lejano al hotel.
Llegaban de hacer las clásicas compras de esos clásicos paseos donde los profesionales se distraen, algo aprenden y mas aún hacen sociales, mientras las esposas y las que no lo son se dedican a hacer compras de recuerdos, ropas y joyas.
Llegaban en ese momento las tres mujercitas, no muy altas ellas y que se habían conocido durante el desarrollo del congreso, cargadas de bolsos y paquetes varios resultado de sus compras que en definitiva solo les dejaban las piernas libres para caminar. Ateridas por el frío que comenzaba en el otoño y mas que preocupadas por el oscurecimiento del anochecer que en esa época ya comenzaba a las cinco de la tarde y eran casi las seis, caminaban de prisa mirando hacia todos lados y cada tantos pasos hacia atrás por el consabido miedo que provoca una gran ciudad desconocida.
En una de esas una mira hacia atrás y da un grito ahogado, pero de susto que hace que todas se den vuelta y miren una enorme figura que envuelta en un chándal venía corriendo hacia ellas con un enorme perro a su lado, correría el año 1996 o 1997, cuando esto dicen ocurrió, la cronología coincide en la vida del protagonista.
Apuran el paso y ya próximas a la entrada del Hotel se largan a correr a todo lo que podían, pero el personaje , todo oscuro, su ropa y su piel, continuaba acercándose, lo veían cada vez mas enorme y alto para ellas, pequeñas de altura y algo excedidas en peso, que no sabían que su supuesto perseguidor en realidad medía 1,98 metros y pesaba casi cien kilogramos. No tardan en ver la puerta de entrada al Hotel, de esa calle La Quinta Avenida y se incrustan prácticamente en la puerta giratoria, una de ellas rotando nuevamente la cabeza ve que el moreno las sigue y hasta su perro entra por la misma puerta giratoria.
Ya abalanzadas, introducidas en el ascensor y apretando permanentemente el botón del tercer piso donde se alojaban en habitaciones contiguas, con alivio ven que comienza a cerrarse la puerta del ascensor y cuando ya casi estaban a salvo. aparecen dos manos que se interponen con fuerza entre las puertas y las mismas comienzan a abrirse de nuevo permitiendo el ingreso de hombre y perro al interior del vehículo.
Ni qué decir que las tres mujeres quedan petrificadas e inmóviles, incapaces de moverse y menos de mirar hacia arriba donde suponían a su agresor que las había perseguido casi cien metros a una buena carrera contra la que no pudieron alejarse ni ganar distancia en todo el tiempo, es mas, perdieron rápidamente distancia pues el enorme corredor se les acercaba metro a metro.
De pronto en medio de esa inmovilidad el perro comienza a olfatear una de las bolsas de las temerosas Señoras, con insistencia pues debía haber algún alimento que emanaba olores agradables en especial para el pobre animal que tras el ejercicio debía tener hambre. Insistía en olfatear y de pronto su dueño gritó “Sit”, rompiendo el silencio, la palabra pronunciada indudablemente con firmeza y en inglés fue entendida como orden de inmediato por el can y también por las tres mujeres que la comprendieron pese a que no era, sin duda su idioma original, de inmediato al igual que el animal obedecieron la orden y se sentaron, se acuclillaron en el suelo y ahora los cuatro, el perro y las tres aterrorizadas mujeres estaban por el piso del ascensor.
El enorme sujeto que supieron después quien era, largó una enorme carcajada que retumbó en el espacio cerrado del ascensor y continuó así la situación provocando la hilaridad del propietario del perro.
El ascensor para alivio de las tres señoras llegó a su piso lo que hizo que se levantaran raudamente y salieran, pero seguidas por el gigante que continuaba riendo a carcajadas mientras aparentemente las seguía, balbuceando entre carcajadas algo ininteligible para ellas en inglés.
Las tres mujeres entraron juntas en la primera habitación y no se asomaron ni acercaron a la puerta hasta tiempo después en que llegaron sus esposos y aterradas se redistribuyeron cada una en sus respectivas habitaciones rogándoles a sus maridos que partieran de inmediato del hotel anticipando su ida a California aunque hubieran preferido regresar a sus países.
Avisaron a la consejería que al día siguiente dejarían el hotel y durmieron, si es que lo hicieron asegurando repetidamente que sus teléfonos internos funcionaban y que las habitaciones estaban aseguradas con pasador y llaves.
Armaron sus equipajes y a primera hora previo cambio de horario de vuelo bajaron con desconfianza a realizar su check out en la conserjería para cancelar sus cuentas.
Regresa del interior el conserje que hablaba español y con una poco disimulada sonrisa o casi risa contenida les informa que estaba todo cancelado, No entendían nada y ante un mal entendido que después les costara un disgusto o un descuento por el mal uso de la tarjeta de crédito, insisten en una explicación que les es dada de la siguiente forma, ya hecho presente el encargado de la conserjería:
Sres. - – les dice – el Sr. Michael Jordan, consideró una falta de respeto ayer en el ascensor reírse de una actitud incorrecta de su parte riéndose de las señoras por una intervención no muy elegante de su perro, les pide que en su nombre les trasmita sus disculpas ya que él no habla vuestro idioma y les pide que no tomen a mal el atrevimiento de haber pagado vuestros gastos de alojamiento, les pide además que no consideren el hecho como una forma habitual de mala educación de su parte.
Asombrados se miraron, murmuraron un “ dadle gracias de nuestra parte” y como ya les aguardaba un taxi, partieron raudamente hacia el aeropuerto.
Creo que hubo momentos en que entre sueños me reía solo a carcajadas imaginando esa mole, como ya dije de casi dos metros haciendo practicar diversas pruebas a las pequeñas mujercitas asustadas a mas no dar.
Si esto fue real, tuvieron el valor de contarlo y habla muy bien del valor humano de ese tan famoso jugador.
Ese día me desperté mas suavemente y tranquilo, ya sonriendo con mis recuerdos nocturnos y me dirigí mas calmado a mi oficina, eso si extrañando que mi coche aún no estuviera listo, faltaban ahora fondos
----JB CANTON ©

Michael Jordan Nacido en 1963, act. 1.98 cm 98 Kgr. peso
En 1995, regresa a la NBA con los Chicago Bulls.
• En 1996, lideró la categoría de anotadores en la NBA, y se mantendría como dueño de ese departamento hasta el 98.
• En 1996, vuelve a llevar a los Chicago Bulls a obtener el título de la NBA, el cual retendrían hasta 1998.